lunes, 19 de marzo de 2012

LLUVIA DE INSTANTES de María Elena Núñez


Soy artista plástico y Magister en Estética, Mención Artes Plásticas;  me desempeño como profesora de artes plásticas en la Universidad Simón Bolívar, en Caracas, Venezuela. He trabajado en  contextos sociales diversos como museos, talleres y universidades, también he explorado múltiples niveles educativos, desde preescolar y educación básica, hasta formación profesional. Realicé estudios sobre Filosofía y Teoría Crítica Literaria razón por la que mi obra artística contiene elementos conceptuales; también me he formado como investigadora. Me interesa el medio ambiente y los temas ecológicos, sociales y políticos. En el campo artístico me muevo entre la simulación de procesos científicos y la exploración de materiales de fácil acceso. Me interesa igualmente la fotografía digital y la imagen producto de medios mecánicos y electrónicos, además del dibujo, la pintura y la gráfica. Aplico diversas metodologías de investigación en el desarrollo de mis propuestas, desde el método de historias de vida hasta la simple observación rigurosa de procesos inútiles.

lunes, 12 de marzo de 2012

LLUVIA DE INSTANTES. Doce collages recientes.

Estos collages, como memoria de un evento o instante de vida, cantan la íntima  y compartida celebración en distintos momentos de existencia.
María Elena Núñez
(artista de las artes visuales y educadora venezolana, nació en Maracay y vive en Caracas)


Diseño gráfico de Iván Estrada.
(Diseñador gráfico, pintor, grabador y dibujante venezolano que vive en San Antonio de Los Altos, Estado Miranda, Venezuela)

Ubicación en el mapa:
http://www.bing.com/maps/default.aspx?v=2&pc=FACEBK&mid=8100&rtp=adr.%7Epos.10.492618488333_-66.858367615_Yantares&cp=10.492618488333%7E-66.858367615&lvl=16&sty=r&rtop=0%7E0%7E0%7E&mode=D&FORM=FBKPL6&mkt=es-MX

LLUVIA DE INSTANTES. La exhibición de doce collages realizados en el 2011


¿Poeta? ¡Dios me libre de creerlo! Un hombre común,
simplemente. Sólo me gusta vivir. En ocasiones escribo,
más para vivir mejor; es decir, para saber que existo.
Porque la vida es algo tan hondo, tan misteriosamente inexplicable,
tan milagro de cada minuto y de cada sonrisa y
de cada lágrima, que es necesario hacérnosla visible,
concreta, táctil; y eso sólo se procura con el pincel, con el
violín o el verso. Solamente se vive de verdad en el arte,
porque el arte nos hace saber que de verdad vivimos.

Leonel Sánchez Quesada (Poeta costarricense nacido en Alajuela)





LLUVIA DE INSTANTES. Collages, 2011 - Doce expuestos, 2012



Su belleza tiene algo de ruina, de fósiles, de documento científico también creo que son muy poéticos.

Gioia Schuler 
(arquitecta, artista plástica y filósofa venezolana quien vive en Estados Unidos)






Fibras basculantes
            Como toda buena poesía, la obra de María Elena tiene ritmo. Un ritmo acompasado por figuras de color y líneas. Es como un trabajo hecho por capas que se entretejen logrando un equilibrio armonioso. Matisse decía que en toda obra se libraba una batalla entre color y línea, pero en su obra es más bien una danza. Líneas y colores se abrazan dejando la partida en tablas.
            Como toda buena poesía dice mucho con pocos elementos y sin embargo cada elemento nos remonta a una tradición distinta. Por un lado el dibujo minucioso de quien recolecta y disecta plantas. Por el otro, la estampa japonesa con patrones geométricos. En este mundo donde la simultaneidad de eventos sucede todos los días, María Elena se distingue como testigo de ocasión. En este caso dibuja las nervaduras de las plantas creciendo conjuntamente a planos de color  como si con esto develara una realidad textil, hasta ahora oculta y secreta. Descubriendo también, cierta empatía musical que reúne  a  fibras de ambas partes.
            Como toda buena poesía, la obra resuena, persiste en el tiempo. La sigo viendo con mis ojos cerrados, porque sus elementos se repiten escalando cada vez a un nivel más alto. Una persistencia casi barroca que nos dice una y otra vez la delicada naturaleza de su origen.
            Como toda buena poesía, la obra se halla suspendida inerte sobre el abismo. El fondo blanco sirve de soporte a este acto de levitación mágico donde los elementos flotan adheridos unos a otros por una coherencia sutil y frágil. En el orden imperceptible de las notas que se improvisan, el de la espontaneidad calculada.
            Pero más que una poesía, la obra de María Elena, nos permite un ejercicio visual pocas veces realizado. Porque a pesar de la amplia tradición visual en la que se apoya, su obra se mantiene incólume a sus principios, sin hacer evidente ninguna de las influencias que la inspiran. Es simplemente aire y savia de María Elena.
Gioia Schuler  Febrero 2012